La palabra estética es tal vez una de las más controvertidas y complejas de definir, ¿Por qué?, su definición se relaciona con la cultura, las creencias, la posición socioeconómica, el pensamiento individual y colectivo, las necesidades personales y la valoración de las mismas para un buen vivir.
Existen variadas definiciones de la estética, una de ellas: como una teoría filosófica de la belleza formal y del sentimiento que esta belleza despierta en el ser humano, como la teoría del arte y como aspecto exterior de algo o de alguien desde el punto de vista de la belleza formal (Mijares Gil, Alejandro (2006), citando el Diccionario Enciclopédico Larousse del 2005). Por otro, lado la Real Academia de la lengua española nos la define como la armonía y apariencia agradable a los sentidos, desde el punto de vista de la belleza o el conjunto de técnicas y tratamientos utilizados para el embellecimiento del cuerpo.
En pocas palabras, la estética forma parte innegable de nuestra cotidianidad, y es fundamental para nuestra calidad de vida e impacta directamente nuestra salud. Pero es entonces, cuando aparece otro concepto de análisis, como lo es el de salud, ¿Qué es? ¿Cuáles son sus dimensiones? ¿Qué la impacta? ¿Cómo lograrla?, y sin número de cuestionamientos alrededor de este muy conocido y mencionado término, pero el cual con tristeza puedo decir basada en mi experiencia profesional, parece que como sociedad lo ligamos exclusivamente a la ausencia de la enfermedad física y aquellas situaciones que ponen en riesgo la vida, un órgano o un tejido; es claro que estar bien físicamente es el pilar, pero no por ello debemos olvidar o abandonar las otras dimensiones de la salud.
Por lo anterior, vale la pena traer la definición más aceptada globalmente, como lo es la de la Organización Mundial de la Salud: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Esta definición nos da otro panorama y le da importancia a otras dimensiones que también forman parte de la salud, como lo son el componente mental y el social. Pero es aquí donde se presenta el mayor conflicto, porque en pleno siglo XXI aún la salud mental es un tabú para muchos y socialmente hay marcadas diferencias sociales, que no permiten que todas las personas puedan cubrir plenamente sus necesidades en todas las dimensiones mencionadas.
Basados en nuestro tema central, ahora tal vez vemos con mayor claridad como lo mental y lo social están estrechamente ligados a la estética, y por ende la estética está ligada directamente a la salud y el cuidado de la misma. O acaso el autoconcepto, la autoestima y autopercepción, ¿No son componentes fundamentales en la salud mental?, y de que exista una buena autovaloración de lo que somos, lo que proyectamos y como nos ubicamos socialmente, se genera bienestar, plenitud y valía. Siendo estos sentimientos los responsables de un equilibrio y de una buena salud, pues si amamos lo que somos, seguramente cuidaremos cada uno de estos aspectos y se reflejará en lo físico, mental y social.
Y si llegaron a este punto, seguramente se preguntarán: ¿por qué está larga introducción?; sencillamente porque mi persona pasó por una situación que me obligó a ver qué en la vida no todo es blanco y negro, no todo es bueno o malo; sino que hay puntos de consenso y matices, que nos lleva a empoderarnos y entender que no tenemos ni debemos conformarnos con que ciertas cosas deben ser privilegio de unos pocos. Y es en esa “rebeldía e inconformismo” tan característicos de nuestra generación y las venideras; donde finalmente la diversidad tiene acogida y nos obligamos a buscar alternativas que cierren la brecha de las marcadas diferencias sociales que vivimos; sobre las cuales se han forjado nuestras sociedades y las que a pesar de los esfuerzos no han sido posibles de transformar en su totalidad.
También, vemos como el tiempo nos ha demostrado que para lograr un verdadero cambio se requiere del paso por varias generaciones, en donde la educación y cultura se enfoquen en la tolerancia y sean amigables con lo que consideramos diferente o es opuesto a nuestra forma de pensar. Y es aquí donde está el propósito de Promoestetica Colombia SAS, una empresa que con gran esfuerzo ha logrado posicionarse en el sector de la estética; por medio de un modelo de negocio Low Cost.
Es su identidad corporativa, cada día el equipo se esfuerza por cumplir dicho propósito y los retos que esta responsabilidad social conlleva; pues no es fácil ser asequibles y lograr llegar cada vez a más personas. La existencia de una compañía como esta, permite acercarse a lo que llamamos equidad (dar a cada quién lo que necesita) y es así como personas que anteriormente no podían aplicarse un tratamiento estético o por lo menos aplicárselo en un establecimiento que asegure todas las condiciones de calidad y seguridad; ahora pueden hacerlo.
Ahora es posible que aquellas personas que han soñado con realizarse uno de estos tratamientos, puedan acceder a ellos y no tienen que endeudarse, sacrificar sus recursos de subsistencia básica, exponer su integridad al aplicarlos en centros de dudosa procedencia o con personal que no es idóneo, o sencillamente seguir soñando con que un día podrán hacerlo. Esto en definitiva los acerca cada día más a ser la estética de tod@s, pues no solo la población mejor posicionada socioeconómicamente puede acceder a tratamientos de estética; sino que personas promedio o de estratos medio/bajos también pueden hacerlo, y además estar confiados en que la calidad de los productos, los profesionales y los servicios será la mejor, pues no solamente se busca cumplir con lo estrictamente reglamentario, sino que van más allá.
Sé qué muchos profesionales y personas piensan que en estética no hay promociones (es una idea abominable) e incluso temen colocarlo en su publicidad porque barato significa malo/peligroso/ilegal; y puedo decir con conocimiento de causa que no es el caso de Promoestetica. Si bien es cierto que es una de las compañías con los precios más asequibles del mercado, no es por ser malos/peligrosos/ilegales, porque personal no idóneo aplique los tratamientos, porque se reutilicen insumos, se laven activos ni muchas de las acusaciones que lamentablemente hace la competencia ante los entes reguladores.
Por el contrario, Promoestetica logró, después de muchos ensayos y errores, implementar un modelo de negocio tan eficiente que los ahorros que se consiguen operacionalmente, pueden llevarse al cliente final y es de esta manera que no solo se entregan servicios de calidad, sino que a su vez estos son asequibles. Y es que cada miembro del equipo se encarga de dar todo su potencial para que así sea, y además puedo decir que se cuenta con profesionales que tienen la preparación, el compromiso, las habilidades y la experiencia para hacer que este modelo funcione. Evidentemente, pueden existir oportunidades de mejora, como en cualquier otra compañía, y es por eso que la compañía se enfrenta a constantes cambios.
Pero ser diferentes y promover acciones que cambien los modelos tradicionales, los mercados tradicionales y fonente la equidad; se convierte en un camino espinoso por recorrer, porque es así como Promoestetica ha tenido que soportar varios ataques cibernéticos, suplantación e incluso presiones de sus proveedores. Las razones de quiénes acusan: se daña el mercado, se hace competencia desleal, se le quitan los clientes a otras compañías; y por parte de los proveedores: las constantes quejas que reciben de sus clientes por no apoyar sus argumentos irracionales y perder clientes, pues a su vez son presionados para no proveer sus productos a Promoestetica o de lo contrario dejarán de comprarles.
En pocas palabras, lo correcto es que únicamente las personas privilegiadas económicamente tienen derecho de acceder a tratamientos estéticos y la clase media/obrera se tiene que conformar con subsistir. Si leemos entre líneas, es lo que en realidad significan los argumentos de esas personas, porque no ven la estética como una herramienta que refuerza el sentirse bien consigo mismo y a su vez como esto impacta positivamente la salud de las personas. Por el contrario, refuerza la idea de que la estética es banal o superflua, incluso peor que es un privilegio y por ello está mal que la mayor cantidad de personas puedan acceder a ella.
En cuánto a la competencia desleal y quitar clientes, solo diré que es algo irracional por varias razones: primero, muchas de las compañías que hacen estética son renombradas y exclusivas (por lo que sus clientes por regla general no buscarán otro lugar para tomar los servicios, pues buscan el renombre y la fama de estos profesionales), segundo, la mayoría de personas prefieren ser siempre atendidos por el mismo profesional (pues se maneja información íntima y muy personal en las atenciones) y tercero, la normatividad y constitución misma nos dicen que es un derecho de toda persona en el territorio nacional una vida digna, con calidad y buena salud. Así mismo, las personas tienen la libertad no solo de expresarse, sino de elegir libremente su credo, preferencia sexual y el profesional por el que desea ser atendido.
En relación con lo anterior, si solo lo pensamos como personas, no son argumentos lógicos, porque llevando la situación a otro plano; es como si las marcas reconocidas de ropa, aseo, mobiliario y cualquier producto; entrarán en conflicto con los medianos y pequeños empresarios ( sin marca reconocida) por ofertar productos similares, con la misma calidad y a menor precio. Todo es cuestión de perspectiva y entender la lógica de la sociedad capitalista en la que vivimos, hay un mercado (cualquiera que sea) y en este existe una oferta y una demanda que cubrir. Las personas libremente y sobre su presupuesto, tienen el derecho de elegir si desean y pueden pagar exclusividad, reconocimiento y fama; o por el contrario sólo desean tener/tomar lo ofertado ( independiente su marca), porque la calidad es la misma y con su presupuesto puede permitírselo.
Algo más que no ven las personas que atacan a Promoestetica, es lo que hay tras bambalinas y es que aproximadamente 40 personas, entre empleados, contratistas y socios; perciben sus ingresos por la existencia y funcionamiento de esta compañía. Así como los proveedores grandes, medianos y pequeños también se benefician; pues se mantienen esas relaciones de mutualismo en donde directa o indirectamente muchas personas se benefician.
Para concluir, esto solo es una reflexión desde lo personal y profesional en mí ser; en donde la invitación es ver las cosas como realmente son y no desde nuestros ojos individualistas, egocéntricos y envidiosos. Nuestra naturaleza muchas veces nos lleva a pensar solo en nuestro propio beneficio, a envidiar a otro porque considero le va mejor que a mí y no es justo, si en mi egocéntrico existir me siento amenazado por ti, tengo que acabar contigo (porque tú estás mal y yo bien, pues no debo cambiar porque soy perfecto).
La motivación para escribir este texto, fue exactamente la reflexión de lo que diariamente está enfrentando Promoestetica, por ser incómoda para otros y más allá de ello todas las personas que se ven afectadas con esto, a vivir preocupados por ser mejores cada día y no por eliminar a la competencia (porque si no indirectamente estoy pensando que no puedo ser mejor o que no soy bueno y por eso es mejor acabar con el otro, sin importar los medios). Y finalmente, apoyar aquellos emprendimientos que buscan hacer del mundo algo mejor, llegar a más personas y en el caso particular de esta compañía, dar mayores herramientas para mejorar la autoestima y autopercepción de las personas, para que puedan olvidar complejos y desempeñarse mejor en sociedad al mejorar su imagen, proyectando lo mejor de sí; y hacer la reflexión que a lo largo de mi experiencia he podido entender que la estética correctamente aplicada, también significa buena salud y calidad de vida; y que la accesibilidad a ella, debe ser un derecho de toda persona que tenga el deseo de aplicarla.
Geraldine Andrade
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CAO, CQO/ Directora Administrativa & Calidad Enfermera, especialista en Gerencia de la calidad en salud.
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